“…Mejoras significativas en las frecuencias de falla y un futuro que ya está llegando…”
En la vasta red de la industria de petróleo y gas, los ductos de transporte de hidrocarburos desempeñan un papel crucial al permitir el traslado eficiente y seguro de recursos desde los yacimientos hasta los centros de procesamiento y distribución. Desde los flowlines hasta los ductos de transporte, estos sistemas son la columna vertebral de la operación, llevando consigo una serie de desafíos y amenazas que deben abordarse con diligencia para garantizar la seguridad y la sostenibilidad del proceso.
La Necesidad de Ductos de Transporte de Hidrocarburos
Los ductos de transporte de hidrocarburos son esenciales debido a su capacidad para mover grandes volúmenes de petróleo, gas y productos derivados, de manera eficiente a largas distancias, convirtiéndose así en pilares fundamentales para el suministro energético y económico de muchos países y permitiendo la distribución de combustibles, materias primas y productos químicos esenciales.
Amenazas a la Integridad de Ductos y su Gestión
La preocupación por la seguridad de los ductos en la industria de petróleo y gas se originó a mediados del siglo XX, catalizada por incidentes devastadores. Durante las décadas de 1960 y 1970, dos eventos marcaron un punto de inflexión: la explosión del oleoducto de Santa Bárbara en 1969 y el derrame de el Trans-Alaska en 1978. Estos incidentes resaltaron la urgencia de mitigar los riesgos que amenazaban el medio ambiente y las poblaciones circundantes.
En aquel entonces, la calidad de los procesos de fabricación y construcción a menudo resultaban ineficientes, lo que aumentaba la vulnerabilidad de los ductos a posibles roturas y fugas. A medida que la industria crecía, se hizo evidente la importancia de mejorar los estándares de fabricación y construcción para asegurar la integridad de la infraestructura.
Con el tiempo, los avances tecnológicos desempeñaron un papel muy importante en la mitigación de estas amenazas. La evolución de los métodos de fabricación y construcción permitió la adopción de enfoques más robustos y materiales más resistentes. Los esfuerzos se centraron en reducir las debilidades inherentes a los procesos constructivos y mejorar la calidad de los aceros y de las uniones, lo que disminuyó el riesgo de roturas relacionadas con estas amenazas.
Paralelamente, la implementación de recubrimientos, los sistemas de protección catódica y el uso de tratamientos químicos y de limpiezas internas se convirtieron en prácticas habituales. Los programas de inspección y mantenimiento se volvieron más rigurosos, y se desarrollaron técnicas de detección avanzadas para identificar y abordar la corrosión tempranamente.
Todas estas prácticas dieron como resultado el concepto de “integridad de ductos” en los años ‘90, lo que culminó en la gestación de normas específicas para su tratamiento, promoviendo un enfoque integral para garantizar la operación segura y sostenible en la industria.
Gestión de la Integridad
Un sistema de gestión de integridad de ductos representa un compromiso arraigado con la seguridad y la responsabilidad. No es sólo una serie de protocolos y regulaciones, sino un reconocimiento profundo de la importancia de salvaguardar tanto las operaciones, como también el entorno y las comunidades.
Este sistema encarna la idea de la anticipación: comprende que existen amenazas y se esfuerza por prevenirlas. Se basa en la colaboración, reconociendo la interconexión entre la industria y la sociedad. Sus componentes clave: políticas claras, evaluación exhaustiva de riesgos, inspecciones rigurosas y capacitación continua, son herramientas para traducir esta filosofía en acción.
En su esencia, este sistema es un compromiso con la seguridad y la responsabilidad. Refleja la comprensión de que los ductos son vías de energía que conllevan una responsabilidad. En esta visión, la gestión de amenazas juega un papel vital: identificar los peligros potenciales y diseñar estrategias para prevenirlos, conformando una filosofía que une la seguridad y la integridad como elementos inseparables y destaca la importancia de la mejora continua para asegurar un futuro seguro y sostenible.
El Rol Crucial de la Información en la Gestión de Integridad
La gestión efectiva de la integridad de ductos se fundamenta en la recopilación, análisis y utilización de amplios volúmenes de información. En este proceso, la validación de la misma emerge como un componente fundamental que garantiza la calidad y confiabilidad con la que se desarrollarán los análisis posteriores.
La validación de la información implica un proceso minucioso de verificación de la exactitud, coherencia y relevancia de los datos recopilados. Esto no sólo garantiza que los análisis y decisiones se basen en información precisa, sino que también fomenta una comprensión más profunda de las condiciones reales de los ductos. La calidad de los datos influye directamente en la confiabilidad de las conclusiones extraídas de ellos.
Los análisis estadísticos desempeñan un papel esencial en este contexto, al permitir la identificación de patrones y tendencias que pueden ayudar a predecir fallas y tomar medidas preventivas. La información recopilada, validada y analizada se convierte en una herramienta poderosa para mejorar la toma de decisiones y optimizar la estrategia de mantenimiento, creando una sinergia entre la calidad de los datos y la eficacia de las operaciones.
Beneficios de la Gestión de Integridad de Ductos
La implementación de sistemas de gestión de integridad de ductos ha tenido un impacto significativo en la confiabilidad de las operaciones en la industria de petróleo y gas. A lo largo de los años, se han obtenido mejoras sustanciales en la seguridad operativa, reflejadas en datos cuantificables que demuestran el éxito de estas iniciativas.
Desde la adopción generalizada de sistemas de gestión de integridad, el número de incidentes graves, como fugas y explosiones, ha disminuido de manera notable. La implementación de estrategias proactivas de mantenimiento y reparación ha llevado a una disminución significativa en los tiempos de inactividad no programados. La gestión de integridad ha contribuido a la disminución de derrames y fugas, lo que a su vez ha reducido el impacto ambiental de las operaciones de transporte de hidrocarburos. Los sistemas de monitoreo en tiempo real y los análisis predictivos han permitido una mayor confiabilidad en la detección temprana de posibles problemas y fallas.
A modo de ejemplo, se puede mencionar el análisis realizado por EGIG (European Gas pipeline Incident data Group) en su décimo primera edición, en la cual muestra la cantidad de incidentes reportados en ductos de transporte de gas operados por 17 empresas europeas.
Figura 1: Cantidad de incidentes reportados en ductos de transporte de gas operados por 17 empresas europeas desde 1970 a 2019
Como se puede observar, la cantidad de incidentes reportados ha disminuido notablemente en los últimos años. Esto, sumado al aumento de las longitudes de ductos operados, conlleva a una fuerte disminución en las probabilidades de falla, las cuales pueden verse a continuación, referidas al mismo informe
Figura 2: Frecuencia de incidentes reportados en ductos de transporte de gas operados por 17 empresas europeas desde 1970 a 2019
Hacia el Futuro: Inteligencia Artificial y Gestión de Integridad
El futuro de la gestión de integridad de ductos se presenta emocionante y tecnológicamente avanzado. Los sistemas de monitoreos continuo de variables y los modelos basados en inteligencia artificial (IA) tienen el potencial de revolucionar la forma en que se gestiona la información y se evalúan los riesgos.
La IA puede analizar grandes conjuntos de datos en tiempo real, identificar patrones sutiles y predecir fallas con mayor precisión. Estos modelos pueden respaldar la toma de decisiones informadas, permitiendo una respuesta más rápida y eficiente ante posibles amenazas. La integración de la IA en los sistemas de gestión de integridad es hoy una realidad y promete un futuro en el que la seguridad y la eficiencia se mejoren significativamente.